Nothing about her life is unusual, except for the fact that she has opened it to the public

Steve Shapiro























Mirror Stream es el título de un proceso de creación abierto.
La construcción de una pieza escénica en la que las imágenes son al mismo tiempo materia prima, medio y producto. 

La pieza pone en escena la corriente de imágenes que nos envuelve y nos arrastra haciendo que la realidad fragmentada en la vivimos se reconfigure en el tiempo compartido con el público, desafiando su percepción, y explorando los límites entre la autenticidad y la representación en la era digital. 
Mirror Stream explora a través del humor y la duda, fusionando el carácter efímero del teatro con la hiperrealidad de las imágenes en directo, creando un espacio híbrido donde se difuminan las fronteras entre la vida real y la nueva realidad- ficción.








UNA OBRA DE ESCRITORIO Por Serrucho

Un paisaje

El espectador se encuentra con una gran pantalla de cine en la que se proyectan  una serie de imágenes estáticas. Poco a poco intuye que lo que está viendo podría estar ocurriendo en directo.

Son ventanas a espacios vacíos –webcams encontradas  algunas con cero espectadores en ese momento. El teatro los convierte en lugares habitados gracias a la mirada del público presente en la sala. Convierte en analógica la imágen digital y transforma lo telemático en una experiencia presencial colectiva. 

Es un momento bello e íntimo que activa en el público una observación activa. 

Sin cortes ni reencuadres, nada guía la mirada del público, sino que es el propio espectador quien recorre los cuadros encontrando la poética o el detalle de un espacio al que le han permitido colarse.

Personajes

Por delante de la gran pantalla entra en escena, un artilugio autónomo del tamaño de una persona, un proyector ensamblado a una pantalla de proyección mediante una precaria estructura  que deambula por el espacio escénico. Su movimiento es torpe. Contiene la imágen de alguien parado, quieto, que mira al infinito. Se trata de un estudiante de oposiciones que emite en directo sus 12 horas de estudio diarias, pero el espectador no conoce esta información y asiste atónito a la imagen de alguien que de vez en cuando se mueve aunque muy sutilmente. 

A pesar de ser una imagen 2D adquiere gran presencia en escena. El público se pregunta si puede tratarse de un actor contratado por la compañía o alguien que simplemente coloca una cámara para sentirse acompañado mientras estudia. También se pregunta si ambas cosas no son lo mismo.


Entra en escena una segunda pantalla con un movimiento decidido. Se trata de otro personaje similar. Se coloca junto al primero. Sucesivamente se nos presentan una serie de personajes que habitan las pantallas y que entran y salen de escena. Alguien que pesca, otro que busca en la playa con un detector de metales, alguien  maquillándose en silencio frente a un espejo; vemos también, un plano de una pala excavadora. El deambular de estas pantallas que se mueven de manera errática hace que el público se posicione en un lugar entre la incredulidad y la risa.

Un fragmento de diálogo

La imágenes van abandonando la escena.
Dos pequeñas pantallas, una a cada lado del escenario comienzan una conversación mediante subtítulos proyectados. El subtexto nos hace entender que se trata de un chat. Asistimos a una conversación empezada entre alguien que suponemos de la compañía y uno de los personajes que acabamos de conocer. Hablan en términos muy coloquiales sobre la idea de representación y autorepresentación. Discuten sobre la utilidad de esas imágenes o la del propio teatro. 

Un texto que provoca la risa y a la vez reflexiona sobre la paradoja de un teatro con “actores” pescados en internet, en el mismo momento en el que se está llevando a cabo la representación.



Presencia humana

Las pantallas autónomas vuelven a escena  acompañadas por dos miembros de la compañía. Nos encontramos en el ecuador de la pieza y es la primera vez que aparece un cuerpo real en escena. 


Descubrimos que llevan en sus manos los controles remotos con los que manejan el de las pantallas. 


Entre ellos discuten sobre dónde colocar las pantallas y las relaciones que se generan entre las imágenes. Quieren componer cuadros a partir de los elementos en escena. Se sientan junto al público preguntando a algún espectador cómo compondrían ellos ese cuadro.

Se genera un ambiente divertido y distendido.

– Me gustaría componer una escena campestre, un picnic o algo así. ¿Cómo hacemos?

– No sé, quizá los personajes deberían mirarse entre ellos para tener más complicidad no?

– Voy a intentarlo… Gracias.


El espectador empieza a adquirir ya cierta familiaridad con los personajes de las pantallas. Sin querer, hemos terminado jugando con ellos cómo si fueran títeres que manejamos en escena.. Han dejado de ser una fría imagen anónima procedente de internet.

ASMR Core o Hacia el colapso

En la gran pantalla de fondo aparecen progresivamente pequeñas imágenes de streamers haciendo ASMR. Se van añadiendo más y más hasta componer un mosaico de capas de personajes en directo. El sonido va creciendo por adición. 


Se puede entrever que hay personas detrás de la gran pantalla añadiendo proyectores para sumar imágenes a este mosaico que cada vez es más estridente. 


Sobre esta cama de sonidos aparecen imágenes de personas que ensayan con sus instrumentos musicales. Otros hacen covers de canciones de Elton John. Se suman los pescadores, el que busca metales en la playa, un plano subjetivo de un rider que recorre londres a gran velocidad junto a los opositores que siguen estudiando. la proyeccione va convirtiendo en un amasijo de imágenes en directo que nos hace experimentar la convivencia de todas esas realidades.



La aglomeración converge en un climáx de palabras incomprensibles e imágenes entremezcladas.


Por la propia suma de las imágenes proyectadas la pantalla funde al blanco hasta convertirse en un rectángulo de luz cegadora. Un fotograma en blanco, la desaparición de la imágen por adición, por saturación. 


Repentinamente la pantalla se apaga y la sala queda  a oscuros aunque el sonido continua en un segundo plano. El espectador puede experimentar entonces como las imágenes siguen apareciendo en su cabeza. Persistencia retiniana que no deja de ofrecer imágenes. Ahora es el público el que completa las imágenes que le faltan a ese sonido.

Un artefacto

Después de unos minutos donde el espectador ha podido disfrutar de un cine sin imágenes entra en escena un artefacto endeble y traqueteante. Construido con restos de madera porta un molinillo de papel de colores, que gira gracias a los restos de un ventilador sujeto con cinta a la estructura. Una bombilla ilumina el conjunto, coronado por una cámara Se mueve de manera torpe. Se acerca al publico y lo observa. 

El artilugio provoca la risa por su aspecto destartalado y sus erráticos movimientos.

La luz reflejada por el molinillo en movimiento sobre los rostos de los espectadores reproduce el resplandor de unas imágenes  inexistentes. 


En escena aparece una de las pantallas robotizadas que ofrece a los espectadores su propia imagen su espejo…. El robot que lleva la cámara empieza a retirarse hacia el fondo del escenario ofreciendo en la pantalla un travelling del público que termina siendo un gran plano general del público con sus rostros siendo iluminados por las no-imágenes.

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Mirror Stream está en proceso. Es un proyecto escénico en construcción.
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